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Traslúcido
Gabriela Boada
Poesía
Primera Edición, 2001
52 págs.
Gabriela
Boada nos envuelve en una grata historia
de amor (como ya lo hizo en su primer
libro). Pero esta vez llega con una
madurez lujuriosa y desbordante, con
un misterio que va más allá de
definir esa segunda persona que ama
y que la atormenta. Ahora viene dispuesta
a todo, a desportillar hasta la última
pared húmeda de su amor. De
un amor que es tormento y pasión
y volcán; pero sobre todo, que
es poesía. Una poesía
que no define sino que dialoga. Se
podría hablar de un poema largo
en forma monologal, en el que la voz
poética se reconstruye y reconstruye
a la segunda persona, con quien enfrenta
su más alta poética sobre
el erotismo y la desolación
melancólica. Hay un cierto aire
al modernismo de la tristeza y la soledad
pero es sostenido y contemporáneo.
Gabriela sabe que la poesía
es un escaparate para entregar al lector
la sociedad en la que vive, en la que
quisiera vivir, y en la que vivirá en
el futuro. El poeta es un visionario,
un profeta en busca de su destino,
pero más que nada, del destino
de los demás.
La segunda parte del libro es la más
novedosa. Textos en prosa donde la
claridad de la verdadera poesía,
expresa, tal vez, a ese mismo amor,
todo el remordimiento que tienen las
palabras después de salir triunfantes.
Esa paz de las palabras verdaderas,
en las que la comunicación las
condimenta de magnificencia lingüística.
Gabriela Boada es poeta, habrá que
seguir sus pasos acelerados. Su voz
está llegando a la claridad.
A esa deliciosa claridad de la que
Borges presumía cuando dijo "...ver
en la muerte el sueño, en el
ocaso/ un triste oro, tal es la poesía/
que es inmortal y pobre. La poesía/
vuelve como la aurora y el ocaso...".
Xavier Oquendo Troncoso
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