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Como ratro en la memoria
Jacqueline Caicedo

Poesía
Primera edición, 2008
116 págs.

Como rastro en la memoria

He aquí una poeta. No se tiene que esperar mucho para saberlo: desde los primeros versos se nota el trabajo minucioso e indispensable con las palabras que, a cada paso, se vuelven imágenes sugestivas. Leí estos poemas como quien viajaba en un tren que apenas si me dejaba ver o entrever destellos, sombras, miradas, gestos, breves parpadeos de las paradojas del mundo, frágiles instantes arrebatados a la multitud que es cada uno. Tuve a ratos la sensación de que se trataba una propuesta subjetiva de la realidad que había que rearmar con mi propia subjetividad hasta vislumbrar el rompecabezas al que siempre le faltaba, en buena hora, dos o tres piezas para ser algo o alguien en concreto. La lucidez de estos versos nace entonces de su inasibilidad vertiginosa pues, como la poeta misma dice en algún lado, todo se vuelve encaje/ desencaje/ imágenes disociadas/ encuentros/desencuentros… rescatados todos de la memoria alucinada de quien ha atestiguado, con asombro o pavor, el oscuro laberinto.

Edgar Allan García

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Jacqueline Caicedo. Nací en Ambato, he vivido en Madison, La Habana, Lancaster, Toulouse, Quito y Buenos Aires, pero si tengo que definir mi hábitat: mi cielo es el yoga y mi tierra las letras.

Amo la poesía. La magia de la vida puesta en palabras. El encanto del amor, el lenguaje que todo contiene.

Caminando hice: Hable serio (1989), Lluvia clandestina, Poesía de alcoba (1999), A veces (2004).