El
libro presenta testimonios de primera
mano de quienes hicieron la época
de oro del radioteatro, y con ello,
la autora de la obra Margarita Guerra
Gándara, no solo rescata del
olvido a las actrices, actores, sonidistas,
libretistas, productores y directores
que se consagraron en ese arte, sino
que entrega un valioso aporte para
la historia de la radio.
La
obra muestra 33 historias de vida
que los artífices del radioteatro
de Quito nos cuentan por su propia
boca. El libro tiene un añadido
especial, gracias al aporte desinteresado
de la señora Guadalupe
Mantilla de Acquaviva, Presidente
Ejecutivo de Diario El Comercio,
incluye en CD con dos obras: Ropaje
fúnebre y El Padre Almeida,
producidas por Radio Quito.
El
radioteatro hizo su aparición
en los años cuarenta del siglo
pasado. Lo que la autora ha calificado
apropiadamente, como la época
de oro de este género radiofónico
cubrió las décadas
de 1950, 1960 y 1970, aunque todavía
hubo algunas, no por esporádicas,
menos importantes producciones de
radioteatro en las últimas
décadas del siglo XX.
En
el libro usted podrá conocer
la vida de personajes vinculados
al radioteatro como: Hernán
Cevallos, Gonzalo Portugal, Edmundo
Rosero, América Chiriboga,
Nelly Granja, Erika von Lippke, Jorge
Zaldumbide Cáceres, Marco
Mena, Oswaldo Merizalde, Hilda Sampedro,
Antonio Ulloa Coppiano, René Torres,
Jaime Moya, Julián Terneux,
Oscar Guerra, Jorge Escobar, Kenneth
Carrera, Rodrigo Ruiz, Edison Vargas,
Marco Vargas, Gustavo Cevallos, Polo
Barriga, Jaime Guevara, Manuel Villavicencio,
Hugo López Chico, Lupe Machado,
Edgar Villarruel Caviedes, Cristel
Rex Villacís, Marco Vinicio
Escalante, Jorge León, Consuelo Carranza,
Germán Campaña y Gonzalo
Proaño Ruiz.
La
obra esta llena de nostalgia: a deducir
por los testimonios aquí recopilados,
todas las figuras del radioteatro
capitalino añoran tiempos
idos, los recuerdan como épocas
divertidas y fructíferas en
sus vidas, pero lamentan que el radioteatro
haya desaparecido en dial y que no
se escuchen nuevas producciones.
Sin embargo, este libro, a través
de las voces de los entrevistados,
apunta a una verdad: el radioteatro
no puede morir.