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El tallo de las lunas
Jetzy Reyes

Poesía
102 págs.

Filosofía, Derecho y Sociedad en América Latina

Nuevamente los poemas de una alfarera, de una escultora del aire, de los intersticios donde Moore acomodó el vacío del ser humano. La poesía pluma y estilete de Jetzy Reyes, viajando con amargura hacia el sitio de donde verdaderamente proviene: el silencio; lamiendo segundo a segundo el tiempo de la desolación; aguerrida colecciona gestos trágicos y va con perversidad y ternura levantando los cadáveres de todos los vicios, de todas las miserias, de los huesos livianos que van quedando después del amor y el desamor; del tiempo, metáfora borrada por el persistente oficio del agua y de la nada. Poemas, entonces, alumbrados por una luna de huesos, alegorías escritas desde una respiración telegráfica, sintaxis construida bajo la piedra, escondida tras de la roca, letras mayúsculas para definir la tristísima desolación de la palabra, la mueca fonética que apenas alcanza para alivianar el concepto esperpéntico de las cosas y de los hombres.
La poesía es un látigo de seda, dice Jetzy, y con él se azota rigurosa, obsesiva y religiosamente, sacrificada con los cilicios de la palabra, implorando con su sangre al verdugo de la memoria, ese que le aprieta con su lengua pasillera su pócima de recuerdos, para quebrar el tallo que crece bajo una lluvia descocida, mientras ella silva, mientras ella canta, mientras ella vibra, un poco más rota, ahora que pasan ferrocarriles por su espalda.
Raúl Pérez Torres

Jetzy Reyes sume la confesión erótica en territorios de cotidianidad recatándola con metáforas de sugestiva ambigüedad.
Hernán Rodríguez Castelo

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Jetzy Reyes Castro. Quito, 1964. Poeta y cantante. De niña, junto a su padre, dueño de una dulce voz de tenor, se deleita escuchando ópera, flamenco y bolero. Siente fascinación por la danza, los primeros pasos de ballet le enseñaría su madre. A los diecisiete años abre su taller Escénica para indagar con niños en la expresividad del teatro-danza. De su amor por el jazz y su saxo, nace en 1991 su hija Amalia. Estudió Letras en la Universidad Católica. Cantautora en dos festivales OTI. En el año 2002 participa como cantante y escribe canciones en la Cantata a Legarda, texto de Hernán Rodríguez Castelo, música de Abdullah Arellano. De su encantamiento por la pintura hiperrealista onírica, 1994-1999, germinan sus hijas Isis y Ágata. Autora del poemario lluevo (1995) y del sustento lírico de la obra contemporánea Crónicas latinoamericanas, del compositor Julián Pontón. Actualmente como directora de Corporación almaGestum, promueve jornadas de divulgación estética. Leer el tallo de Las Lunas, es también pasear con Delvaux por su ciudad lunar o vislumbrar a la mujer que en este poemario vio Peky Andino: la novia camina por la avenida de los deseos/ arrastra la cabeza de su hombre/ y con la mano sostiene los tallos de la luna/ ha escapado del banquete de bodas/ para perseguir al arcángel de la poesía.