VELETA es una novela de amor,
reencuentros y suspenso.
Veleta es una joven ecuatoriana
que llega a Estados Unidos
a través de los
coyotes. En ese país
vive situaciones muy duras
como indocumentada. Adquiere
el AIDS (SIDA), cuyos síntomas
empiezan a aparecer después
de muchos años.
Encuentra al amor de su
vida (Phillip Turner),
de quien queda embarazada,
a pesar de la decisión
de él de no tener
hijos. Phillip la abandona
y…
Novela intensa, actual,
romántica, llena
de peripecias y aventuras:
búsquedas de tesoros,
persecuciones. En esta
novela convergen dos historias
que se amalgaman, de modo
sorpresivo, en un final
casi hollywoodense.
VELETA es una historia
que atrapa al lector de
principio a fin.
Intervención
de Silvia Rey en la noche
del lanzamiento de Veleta
25 de julio, 2006
Esta noche quiero compartir
mis sentimientos con ustedes,
mis lectores.
Contarles que Veleta surgió en
mi imaginación como
cuando un espermatozoide se
introduce en un ovario y se
produce el milagro de la vida
en el útero de una mujer.
Es decir, surgió de
repente, creció lentamente
y se desarrollo dentro de un
determinado periodo de tiempo.
Pero
ese período no
fue de nueve meses, en realidad,
fueron ciclos, periodos más
largos.
La
idea inicial apareció cuando
yo cursaba el tercer año
de comunicación social
y mis compañeros de
curso y yo fuimos a visitar
las minas en Portovelo, con
la intención de hacer
un documental al respecto.
Al
ingresar al pueblo me impresionó su
geografía irregular,
mucho más, al saber
que Portovelo se formó a
base de asentamientos mineros.
Otra situación que me
llamó la atención
fue el descubrir los métodos
medievales que aún se
usan para la extracción
del oro. Mi excitación
aumentó, cuando ingrese
en el túnel de una de
las minas, a través
de uno de los vagones que los
petroleros usan para ese efecto,
y sentí la falta de
aire y de vida dentro de las
entrañas mismas de la
madre naturaleza. Fue entonces
cuando una luz cruzó mi
cerebro, la decisión
de escribir una novela con
olor a cianuro y a mercurio,
pero con el sabor indiscutible
del amor.
Esa
decisión fue postergada
por cuestiones de trabajo,
de estudio y muchas otras actividades
que me alejaron de llevar a
la práctica ese sueño.
Dos
años después
de haberme radicado en New
York, leí, a través
del Internet, un anuncio de
Diario El Universo sobre un
concurso para escritores.
Volví a sacar de los
archivos de mi memoria aquella
decisión postergada,
aquel anhelo que quemaba mi
alma y que necesitaba materializarse,
atravesar la línea imaginaria
que existe entre el sueño
y la realidad.
Un
día cualquiera,
me senté a escribir,
previamente le había
pedido a mi hermana Maryuri
que me enviara toda la bibliografía
disponible sobre Portovelo
y las minas. Volqué en
mi computadora todas las ideas
sueltas que se fueron convirtiendo
en una cadena de hechos, con
personajes que habían
estado esperando el momento
oportuno para salir de mi imaginación
y convertirse en seres vivos,
de carne y hueso, con sentimientos,
secretos, ambiciones y pasiones
escondidas.
Porque Veleta es
eso y mucho más... Es
la búsqueda de un tesoro
que nadie sospecha al final
qué es...
Según
el diccionario de la Real
Academia de la Lengua, Veleta es
una pieza de metal en forma
de saeta, que se coloca en
lo alto de un edificio y que
sirve para señalar la
dirección del viento.
Y como nombre común,
significa una persona inconstante
y mudable.
La
llamé Veleta ,
porque la protagonista de mi
novela es una persona emocionalmente
inestable, que busca incansablemente
el amor.
Cuando
termine de escribir veleta,
decidí volver
a leer el anuncio del periódico
para enviar el manuscrito de
acuerdo con las regulaciones
del concurso, pero cuál
fue mi sorpresa, que el concurso
era de cuento y no de novela,
como yo había creído
en un momento de excitación
al pensar en escribir la novela
que me había esperado
pacientemente durante varios
años.
¡Me decepcioné!
Lógicamente, porque
no iba a ganar el concurso,
cuyo premio era su consecuente
publicación. No obstante,
sentí una gran satisfacción
de haber escrito esta historia
de amor, de haber concretado
mi sueño, de haber disfrutado
al crear mis personajes, al
darles vida y, sobre todo,
de haber contextualizado mi
primera novela en un pueblo
de mi país, hablar de
temas reales como el SIDA,
la paternidad irresponsable
y el reto de las madres solteras,
la migración y la vida
en Estados Unidos, la contaminación
ambiental, la vida de los mineros
y la explotación aurífera,
y recrear en ese panorama una
historia de amor, con personajes
ecuatorianos y norteamericanos
dejando en claro, una vez más,
que para el verdadero amor
no existen barreras de ningún
tipo.
Veleta llego
a Editorial El Conejo gracias
a una amiga en común que tenemos
Abdón Ubidia y yo, y
que es además una gran
periodista, Leydis Bravo. Gracias
a Leydis, Abdón tuvo
la oportunidad de leer el manuscrito
y luego presentarme una propuesta
de publicación.
Gracias Leydis.
Y
aunque aún no hemos
tenido la oportunidad de conocernos
personalmente con Abdón,
solamente vía telefónica,
considero que Editorial El
Conejo ha hecho un excelente
trabajo de portada y edición.
Gracias
Abdón y a todo
el equipo de la editorial.
Estoy segura que este es apenas
el inicio de una relación,
no quiero llamarla de negocios,
sino de trabajo mutuo y de
amistad, porque escribir es
mi vocación y mi pasión.
No me imagino haciendo otra
cosa que no sea escribir, hablándoles
a mis lectores a través
de la palabra escrita, contándoles
historias, mostrándoles
el mundo de mis sueños.
Tanto así, que tengo
dos manuscritos más,
que también serán
publicados.
Aprovecho
este momento para también agradecer a
mi hermana y comadre, Maryuri
Rey, quien está representándome
esta noche, ya que, por cuestiones
ajenas a mi voluntad, no he
podido estar presente en el
lanzamiento de mi primera novela.
Me siento un poco nostálgica
por eso, pero yo sé que
estoy excelentemente representada,
y que ustedes, mis amigos,
comprenderán que en
la vida hay situaciones que
escapan a nuestro control,
pero, aunque no esté físicamente,
lo estoy, en espíritu
porque ésta es mi primera
hija literaria, la primogénita
de una familia, que espero,
será prolífera.
Agradezco
a Dios, mi compañero
eterno, por todas sus bendiciones,
por este talento que me ha
dado; a mi madre y esa fortaleza
espiritual que ha sido mi inspiración;
a mi hijo Matthew, quien es
uno de los milagros mas bellos
que me ha pasado en la vida
y a mi gran amor, mi esposo,
Nelson Montesdeoca.
Finalmente, gracias a ustedes
amigos por su presencia esta
noche y espero que al momento
de leer Veleta la
disfruten tanto como yo, al
escribirla.
SILVIA
REY nació en
Ecuador en 1968. Es licenciada
en Comunicación Social
y cuenta con un Diplomado en
Comunicación, Mención
en Periodismo de Investigación,
y la Maestría en Estudios
Latinoamericanos, Mención
en Comunicación; ambos
obtenidos en la Universidad
Andina Simón Bolívar,
Sede Ecuador.
Ha sido Directora de Prensa
del Congreso Nacional del Ecuador,
cronista parlamentaria, periodista
de radio, prensa y televisión,
así como articulista
en diarios orenses.
Incursionó en el mundo
de las letras con dos cuentos:
La Hija de Lucifer, con el
que ganó un concurso
en la provincia de El Oro,
publicado por diario El
Nacional;
y, Quiero Ser Bella, con el
que participó en el
Concurso Internacional Juan
Rulfo, en Francia.