Mi patria es el infierno
Poesía
«Uno de los riesgos más grandes que un poeta puede tomar es el de habitar el mundo poético de otro, sobre todo, si se lo hace de manera tan franca, tan brutal. Sobre todo si ese poeta es Rimbaud, sin temer una conversación, sin mediación alguna, con su fantasma. No es poco. La apuesta es siempre un peligro mortal, que reclama del artista, como plantea el primer Nietsczhe, una apuesta por el delirio, por lo orgiástico, lo dionisíaco. Un sendero que, por otro lado, solo pueden tomarlo los verdaderos poetas. Esto no significa que la poesía de Calih Rodríguez sea solo un pie de página en el universo rimbaudiano, al contrario, el camino que ha tomado le exige rescatar su propia voz en las profundas tinieblas de su lenguaje, de sus lecturas, de la ciudad y sus cuerpos infernales. Mi Patria es el infierno exige a su lector la temeridad suficiente para atravesar imágenes desaforadas, lúgubres y lóbregos laberintos donde cada verso está al borde del estallido de la eyaculación, del desborde. Es, sin duda, otra vez, una oportunidad para el delirio, en un mundo, una ciudad, una literatura, cada vez más convencidas de su esterilidad, de su mediocre miedo al precipicio.»
Fernando Montenegro