Nubes de polvo
Poesía
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Este libro de poemas es como una puerta que se abre y «trae el vértigo de quien da un paso al filo del abismo», ese abismo interior que se asienta entre lo que somos y lo que quisimos ser, entre las ilusiones que tuvimos y las medianías de lo que llegamos a ser.
Fernando López Milán nos abre su poemario como si fuese la puerta de la casa de su infancia, y al abrirnos esa casa nos abre el pueblo de su infancia, y al abrirnos ese pueblo nos abre el tiempo, y pasamos de la calidez sensible del lugar idílico a los escombros, de la paz bucólica entre las matas de achira a la nostalgia, de las artes de poner cada cosa en su sitio hasta la razón, porque «ya conoce de pérdidas el árbol que retoña».
Entonces, se levantan las Nubes de polvoporque el niño aprende a escribir, aprende a jugar, y mientras mira las fotografías, entiende su entorno; mientras celebra a su perro, crece; y sobre el polvo acumulado por la vida cotidiana, el juego se transforma en realidad porque «no hay oro ni diamantes, ahí adentro; solo el barro sin brillo de los hombres», y aparece la constatación de lo perdido y de la memoria de los vivos y de la muerte.
Mircea Cărtărescu escribió que «la poesía no es el arte de hacer versos, sino una manera de ver las cosas», y así recordamos también a Fernando López Milán, porque su libro es su manera de ver el mundo: el recuento de una mirada conmovida y generosa ante los misterios, de unos ojos que comprenden todo y se apasionan, que entienden la muerte pero festejan la vida sencilla de las cosas comunes; que ven las máscaras y el fin del mundo. Porque, así como –nos dice Fernando– hacer es fundar un día y vivir es ponerse a prueba, así también leer este libro es encontrarse con la única verdad: la poesía.
Cristian Avecillas
El buscador de oro
Poesía
Se supone que la fábula es un asunto imaginario y maravilloso, en la que los animales hablan, y en fin de cuentas, nos dejan una enseñanza práctica. Pero en estos textos, la mirada irónica, profunda, alucinada, del entorno, nos permite escuchar la voz endiablada de un insecto (como el de Kafka), de un niño, o del recuerdo de una mujer, de un pájaro o de una catedral, voz que viene de la nada existencial, a perturbar el silencio de los otros.
Fernando López, malabarista de la síntesis, dice que en alguna parte estaba todo el mundo, sólo faltaba el lobo. Yo pienso, que es en estas fábulas donde se encuentra, de cuerpo entero el lobo, y, quién sabe, también el Santo de Asís.
Raúl Pérez Torres
Sobre el autor:
Fernando López Milán (Riobamba, 1964). Es docente de la Facultad de Comunicación Social (FACSO), en la Universidad Central del Ecuador. Con el sello editorial de la FACSO, publico la edición bilingüe (francés-español) del libro de Paul Eluard, Los animales y sus hombres. Los hombres y sus animales. En poesía, ha publicado El Buscador de Oro: fabulas y poemas (Editorial El Conejo, 2009);Del Amor y la Muerte; Animalia; Epigramas del César y otros poemas; La oquedad del presente. Su libroVida de Gatosrecibió una mención de honor en el Premio Nacional Cochasquí de Poesía, en el año 2012. Preparó, además, para la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, la edición –con un estudio introductorio de su autoría- de la obra reunida del autor riobambeño Miguel Ángel León (Colección Palabra Viva, 2012).