Alegres sátrapas
Novela
Alegres Sátrapas funde en la ficción literaria a personajes políticos y sus a láteres perversos, para explorar la condición humana de los demagogos civiles, quienes infectan a la democracia. En ese tránsito por los intersticios del alma de los dirigentes degradados, el autor encuentra los rasgos de amor, esperanza y humanidad que también poseen. Abedrabo es el mandatario manipulador y carente de límites éticos, un Frankenstein (hecho con retazos de Menem, Collor de Mello, Fujimori, Salinas de Gortari, Bucaram, Mahuad, Gutiérrez, entre otros), acompañado de un equipo de serviles, y sobre todo de un maquiavelo criollo, el capitán Molina, quienes montan el gran negocio a su lado. El escenario de fondo es un país inventado, Mercadonia, amalgama simbólica de naciones y de sus pueblos ingenuos y conformistas, que son el sustento de las satrapías que los destrozan.
La literatura no tiene el poder de plasmar por sí misma transformaciones políticas y éticas, pero sí es capaz de desvelar la mente colectiva y la personalidad de los dirigentes, para entender lo que acontece en el alma del poder corrupto. Y puede perfectamente irradiar esperanza en que una minoría valerosa, sabia y motivante, logre impulsar procesos profundos de regeneración social y política. Costales Peñaherrera juega de modo que los códigos de la vigilia se trasvasan a la duermevela y a las visiones, y viceversa, en un continum que revela lo más pulido de su creatividad de escritor, y deja al lector un abanico de posibles interpretaciones de los sucesos. Es una novela antipoder, del modo más extremo y vital. Y reafirma, a la vez, la grandeza y el heroísmo de quienes, por su vocación de humanidad, deciden frenar a los sátrapas arriesgándolo todo.